Tenían tantas dudas ¿Que hacer o cómo ayudarlos? Estas fueron las preguntas más frecuentes que se siguen haciendo los padres de familia para ayudar a sus hijos en casa con las clases virtuales.

En este tiempo de pandemia cada familia tuvo múltiples emociones sobre todo en la preocupación de la elaboración de los materiales didácticos, el acceso a internet y a su vez contar con los elementos necesarios como celulares, computadora, laptop, tablet e impresora para el aprendizaje de sus hijos.

Desde hace un año, ante la suspensión de las clases presenciales por parte del Ministerio de Educación, empezó una gran incertidumbre para todos los padres al no saber lo que iban hacer con sus hijos en este periodo escolar, cuando las autoridades escolares decidieron empezar probando las nuevas prácticas de estudio a través de diferentes plataformas, en las cuales los profesores dictaban sus clases, subían las tareas y las actividades a realizarse a diario, luego se fueron sumando los videos, en las plataformas como zoom o meet; muchos padres no lograban conectarse a tiempo ya sea por diferentes factores como la señal del internet, cuya cobertura o el ancho de banda no son las más optimas, ya que el teletrabajo y las “clases online” se realizan a través del mismo medio de comunicación, empezando a colapsarse por la demanda de los usuarios que aumentaron de forma repentina; fueron tantos desafíos y nuevas experiencias de los niños y niñas que los padres tuvieron que afrontar.

De dos a tres horas de acompañamiento escolar diario en donde docentes y padres tuvieron que llenarse de paciencia y mucho esfuerzo, ya que por la falta de experiencia y conocimiento en la pedagogía por parte de los padres, esta modalidad de estudio se tornó cada vez más difícil. Los maestros daban sus clases, las orientaciones respectivas sobre las materias y actividades a desarrollar en casa, sin embargo si se hacía necesario que los padres o representantes ayuden a sus hijos aún con sus dificultades para el acceso a realizar las tareas, debido a las restricciones por la pandemia.

Continúan siendo momentos difíciles tanto para los docentes, padres de familia y estudiantes, ya que tienen que adaptarse a un nuevo estilo de vida, como es el de tener menos contactos con compañeros, amigos, familia, docentes y el desenvolverse en un solo entorno como es el de una sala de casa, patio, comedor o corredores; en algunos casos algunas Instituciones Educativas para dar seriedad y continuar hábitos escolares se solicitó usar el uniforme y acondicionar un espacio físico para el desarrollo de la clase.

Las familias no estaban preparadas paran asumir esta responsabilidad, por lo que sigue siendo un aprendizaje de convivencia y de orden.
Aunque se debe rescatar los lazos afectivos dentro del contexto familiar: como el de pasar más tiempo con los hijos, ayudarlos en sus tareas, realizar actividades lúdicas, hábitos de orden e higiene que irán formando una personalidad autónoma, social y de ayuda mutua.

Por eso nos permitimos dejar las siguientes sugerencias para los padres de familia, frente al desafío de la educación a distancia de sus hijos:
– Capacitarse continuamente con las herramientas digitales que utilice la Institución Educativa, les podría ayudar los tutoriales o instructivos.
– Conocer y emplear el lenguaje de los profesores cuando están impartiendo las clases de los contenidos curriculares les ayudará para orientar mejor a sus hijos en las tareas.
– Debe haber un bienestar emocional en la familia para que el estudiante se sienta cómodo para motivarse a aprender y desarrollar las tareas escolares.
– Tener un espacio físico sin ruidos exteriores, con luz, ventilado, adecuados para que los niños y niñas puedan trabajar sus tareas, recibir sus clases de modalidad sincrónica y asincrónica porque necesitan concentrarse para fijar la atención en la pantalla.
– Tener una metodología de estudio por eso es necesario establecer una rutina diaria similar como cuando iban a la escuela presencialmente, es decir tener un ritmo de estudio y apoyarlo que lo cumplan con responsabilidad.
– Organizar un horario diario para estudiar, se sugiere realizar un plan de trabajo donde debe considerarse una distribución del tiempo.

Mgs. Lilia González Alarcón
Docente del Aula de Apoyo a la Inclusión

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