De la misma manera en que los padres tienen la ilusión de la llegada de un hijo, los hermanos también comparten ese sueño del nacimiento del nuevo miembro de la familia y las emociones que eso conlleva.

Cuando llega un niño con discapacidad a la familia, suele traer muchos cambios internos, produciendo un impacto en algunos aspectos tales como: lo familiar, laboral, económico, social y emocional en sus integrantes entre ellos a los hermanos, que influyen en el cuidado o apoyo directo o indirecto.

Los hermanos que, en cierta manera, ceden parte del tiempo y atención que ellos necesitan de sus padres y que no pueden recibir debido a que están en el cuidado con su hermano con discapacidad y lo todo lo que implica (terapias, controles médicos, intervenciones hospitalarias, etc.); pueden llenarse de sentimientos de soledad, frustración y abandono.

Aunque la emoción más perenne que tiene el hermano de un niño con discapacidad es la preocupación sobre el futuro de su hermano y su propio futuro, ¿qué será de la vida de su hermano cuando falten sus padres? ¿Quién lo va a cuidar? ¿Cómo será mi vida llevando la responsabilidad de mi hermano? A pesar de tantos temores y dudas, al final, cuando sus padres ya no están; son ellos quienes asumen con entrega y afecto, la responsabilidad del cuidado y crianza del hermano, por lo que es de suma importancia el apoyar y trabajar con ellos, desde el comienzo, para aminorar todo las emociones y sentimientos negativos para que sean cada día más sanas y efectivas las relaciones entre los hermanos.

Es de suma importancia el buscar un espacio como talleres directos para hermanos donde se utilizan algunas herramientas para enseñarles a los hermanos que no son los únicos, que hay muchos hermanos igual que ellos, que es muy enriquecedor el compartir vivencias para mejorar autoestima, adquiriendo conocimientos nuevos para comprender mejor la discapacidad y las características del hermano, intercambiando información y aclarando dudas. Al dar apoyo a los hermanos directamente se está dando soporte a los padres, a la persona con discapacidad y a la familia en general.

Las experiencias que los hermanos puedan compartir con otros, sus sentimientos, poder manejar sus emociones y a su vez el oír las experiencias de los demás, será provechoso para el desenvolvimiento su vida futura. Para concluir solo queda felicitar a los héroes sin capa que son los hermanos de las personas con discapacidad que, a pesar de vivir en la sombra con emociones o sentimientos no tan positivos, siempre valoran más el amor infinito e incondicional hacia sus hermanos.

Mgs. Guadalupe Reyes Ortega
Psicóloga
Equipo Multiprofesional Especializado

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