El gateo debe ser considerado una etapa imprescindible en el normal desarrollo del ser humano, que puede iniciarse desde los 6 meses de edad, con un arrastre que permite el desplazamiento de un lugar a otro, continúa con el apoyo de los cuatro puntos que permite el progreso paulatino de la coordinación.
No existe una edad exacta en la que el gateo inicie, ni estilos que se deban considerar normales, ambos aspectos van a depender de la maduración neuronal y del desarrollo músculo esquelético. El gateo favorece la locomoción del niño fortaleciendo los músculos de brazos, piernas, espalda y cuello, así como las articulaciones de todo el cuerpo. Únicamente si el niño pasa por todas las fases del suelo en los primeros doce meses, se consigue la activación y luego la inhibición de los reflejos primitivos, debido a que con este movimiento previo podrá contar con los requisitos para todo lo que ha de lograr después del primer año de vida.
El gateo es una de las bases en el desarrollo cerebral y cognitivo del niño, proporcionando una capacidad respiratoria superior, lo que aumenta la oxigenación del cerebro y ayuda a dar inicio al balbuceo y al habla. Otro de los beneficios del gateo es la exploración del entorno, la solución de problemas que requieran de la orientación espacial y perceptual.
Diversos estudios indican que con este movimiento incrementan las habilidades motoras y se realizan diversas conexiones entre los hemisferios cerebrales, creando rutas que permiten transmitir información necesaria para la formación de las áreas de desarrollo cognitivo, social y emocional, lo que conlleva a la creación de los patrones cruzados con el movimiento simultáneo de los brazos y piernas contrarias.
El gateo fomenta positivamente la independencia del menor, su autonomía y confianza en la exploración del entorno. Ayuda en el mejoramiento de las habilidades visomotoras, en el sentido del tacto como parte esencial del aprendizaje al momento del contacto de la palma de la mano y los dedos con diferentes texturas, este contacto previo beneficia el agarre correcto del lápiz durante el proceso de escritura.
(Veras, 1975) indica que ¨El gateo no es solamente una fase importante para el desarrollo de la movilidad del niño, sino que también es terriblemente importante para su desarrollo visual. En todas las personas primitivas que hemos visto a los niños nunca se les permitía arrastrarse y ninguno de ellos pudo enfocar sus ojos a ninguna cosa que esté más cercana que la distancia de sus brazos. Todos tienen una vista a larga distancia. Creemos que cuando un niño se arrastra desarrolla la capacidad de visión de cercanía¨.
Otro aspecto que desarrolla el gateo es el sistema vestibular, aquel que activa la emisión de señales de los laberintos del oído al cerebro, permitiendo que el niño incremente la percepción de cada parte de su cuerpo y el de las demás personas. El gateo puede ser beneficioso para aumentar la estabilidad articular sobre todo a nivel pélvico, por esta razón los especialistas recomiendan que los niños deben gatear libremente en diferentes áreas y texturas para lograr un desarrollo integral.
Los niños necesitan motivación, sentir seguridad para realizar nuevas actividades, el gateo es un movimiento progresivo que es necesario en el estadio de la bipedestación, por lo tanto, no se debe obligar al menor a ponerse de pie hasta que exista seguridad y lo realice por sí solo.
Terapista Física Lupe Ordeñana
Equipo Multiprofesional Especializado
Bibliografía
Veras, R. (1975). Children of dreams, children of hope. Chicago: H. Regnery Co; First Edition. Recuperado el 15 de mayo de 2021